Toda esta pesadilla tiene su origen en el fallecimiento de mi madre que
generó en dos mujeres: Hortencia ACEVEDO OTEIZA y Ángela FUENTES RAMÍREZ, domiciliadas
en Salvador Cruz Gana, de Ñuñoa, vecinas de mi domicilio, profundos
sentimientos de codicia, odio y venganza hacia mi persona por el hecho de que
yo vivía en el extranjero y ellas tenían todas sus expectativas en administrar
su departamento, ya que la habían cuidado por un tiempo en su enfermedad.
Anularon documentos que yo había enviado desde el exterior para mi
madre quien me los había pedido por asuntos de herencia. Además, en el documento de Compra del
Departamento, en donde debía estar el RUT de mi hermana, pusieron el de la Sra.
Hortencia ACEVEDO.
Me hice cargo de mi madre en los últimos meses de su
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Carta que motivó el ataque |
Posteriormente contaron con la poderosa influencia del “Visitador
Médico” Claudio SANCHEZ SANDOVAL, hermano del Policía de Investigaciones Jorge
SANCHEZ S, que junto a su mujer Andrea CÁCERES vivían en el
vecindario antes de arrendar mi depto. y continuaron después de haber sido
expulsados, siguiendo también con una relación más estrecha entre todos ellos
para llevar adelante su irracional venganza denigrándome ante la Sociedad,
aprovechándose de la tecnología moderna. (Internet, celulares) y desde 2008
organizando a otras personas en mi contra con el objetivo de que me fuera del
depto., y regresara a Argentina.
La familia CLAVERO-ACEVEDO junto a la Sra. Ángela FUENTES RAMIREZ y sus
correspondientes familiares y amistades,
han colaborado en diversas tareas como abrir cerraduras y candados de mi
casa usando herramientas especiales, mientras simulaban jardinear.
En el interior, rompieron paulatinamente paredes y pisos. Han echado
pintura en mi habitación. Mancharon o rompieron mi ropa. Han introducido elementos extraños en alimentos.
Han quemado sustancias químicas tóxicas en la cocina que despedían olor a
bombas lacrimógenas y también arrojado líquidos igualmente tóxicos en
artefactos del baño.
Todo lo cual me ha producido fuertes dolores de cabeza, ardor en
ojos, garganta y pecho, además de mareos
y otros síntomas.
Manipularon mi computadora que apareció conectada a un Escritorio
Remoto. Decidí formatearla y luego ellos la
rompieron inutilizándola. Me han robado especies. Rompieron la reja del
estacionamiento. Revisan mis documentos diariamente. Todo esto, con el objetivo de cansarme para que me vaya del país.
Además, debo soportar una campaña de desprestigio, vejaciones y
humillaciones llevadas a cabo por estas personas, a través de celulares e
Internet, o en forma presencial o por llamados telefónicos; mostrándome como
vendedora de drogas o como enferma mental, dependiendo del lugar en el que me
presente.
Cuando voy por la calle o entro en supermercados, me muestran como “la traficante”
que hay que vigilar; además de recibir un terrible acoso de consumidores que
demandan por droga. Pero cuando me
presento en Instituciones u Organismos Públicos, me señalan a Recepcionistas o
Asesores como “la enferma mental” que no vale la pena tomar en cuenta, dando
como resultado un trato vejatorio y
denigrante por parte de los empleados.
En estos hechos, queda demostrada
la participación de personas que tienen poder para influir y no es sólo la obra
de dos pobres mujeres llenas de envidia, codicia y odio.
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