Soy una mujer de 62 años, reparto
correspondencia para un correo particular y puedo dar fe de cómo funciona la “Inteligencia
Policial”.
Desde hace más de 10 años soy seguida por distintos
individuos (agentes encubiertos) desde que salgo de mi casa, pasando por todos
los lugares por los cuales reparto cartas, hasta llegar a mi hogar.
A los
conserjes de edificios y otros lugares, les piden que avisen inmediatamente en cuanto me vean por allí. A
guardias y empleados de supermercados que frecuento, les piden que me hostiguen
y acosen para que yo les venda una “supuesta droga”.
Tengo intervenido mi celular con la
colusión de empleados de la empresa Claro y antes de Entel..
Me han hackeado mi computadora, lo
último fue desde la Pagina Web de la Presidencia, cuando el 12 de Junio,
mediante el chat de la Presidencia,
reclamé por una respuesta insatisfactoria recibida por Carlos Cruz-Coke de
Gestión Ciudadana y como consecuencia estuve un mes sin internet.
En el interior de mi hogar, han puesto variados dispositivos de grabación,
además de causar gran cantidad de daños debido a que vivo sola y aprovechan las
horas en que salgo a trabajar para violar mi domicilio. (Preguntar al
Carabinero Michel JELVES de la Comisaría 33° que en Febrero de 2017 y luego de
haber llamado al 133 por violación de morada, me comunicó que “no me preocupara más porque los
delincuentes intentarían no hacerme más daño”; luego escribió otro informe
y falsificó mi firma).
Para mayor información, preguntar a
la SEREMI del Ministerio de la Mujer Isabel Vargas que en Marzo de 2019 se negó
a contactarme con Katherine Martorell de Prevención del delito.
Y entre los mejores colaboradores de
las Policías, hay muchos empleados de la Municipalidad de Ñuñoa que participan
en las injurias, degradaciones, seguimientos y montajes.
Y el motivo de todo esto? No aceptar irme de mi departamento dejado por
mi madre al morir, por ser muy codiciado por policías corruptos que son
mis propios vecinos.
Mientras exista esta “Excelsa Policía”
y las ilustrísimas Instituciones con empleados corruptos y empleados que
protegen a compañeros corruptos, los que ponen bombas pueden estar súper
seguros porque nunca los perseguirán.